viernes, mayo 15, 2009

Las malas también lloran ( ¿Qué misterios y tragedias oculta el pasado de La Hiena? )

¿Qué misterios y tragedias oculta el pasado de La Hiena?

María Elena Venant, Univision.com

27 de Abril de 2009
En la serie Mujeres Asesinas conoceremos una galería de criminales que nos asustarán, nos darán nauseas, pero también inspirarán nuestra lástima. Lo mismo ocurre con algunas villanas de telenovela que suelen permanecer en nuestra memoria sea por su dimensión trágica o debido a alguna cualidad redentora. Ese es el caso de La Hiena (Lucero), de Mañana Es Para Siempre, y de otras que hacían sufrir, pero que también lloraban y no precisamente lágrimas de cocodrilo. No te pierdas Mañana Es Para Siempre, de lunes a viernes, a las 9PM/8 Centro, por Univision.

Cuando uno piensa en villanas surge en la mente las creaciones cliché de Chantal Andere o Cynthia Klitbo, excelentes actrices hoy encasilladas en un rol repetitivo rol, pero hay algunas “malas” con mayúscula que trascienden el estereotipo. Una de ellas es Catalina Creel, de Cuna De Lobos. La Señora Creel, era una experta envenenadora, que con elegancia tóxica portaba su arma mortífera en un anillo. Capaz de las mayores infamias, esta genial creación de Maria Rubio, tenia una cualidad redentora: todo lo hacía para proteger a felicidad de su hijo.

En los comienzos de la telenovela, se experimentó con heroínas fuera de rol, independientes, ambiciosas …y sinvergüenzas. En Senda Prohibida, primera telenovela mexicana, Silvia Derbez interpretaba a Nora, una codiciosa secretaria que cautivaba a su patrón, un hombre casado. De ahí vendrían las creaciones extraordinarias de Maricruz Olivier en La Sonrisa Del Diablo y Teresa, y, por supuesto, Fanny Cano como la seductora colegiala Rubí.

Nuevas generaciones tendrían versiones mas humanizadas de estas infames. Salma Hayek daría muestra temprana de su talento, transmitiendo el dolor de la adolescente Teresa ante una miseria que había matado a su hermanita, y la obligaba a buscar en los hombres una salida a esa espantosa pobreza. Entre el Güero Castro y Bárbara Mori se las arreglaron para hacernos querer a la ambiciosa y descarada Rubí, que a pesar de todo, amaba a su madre, a su sobrina y a su Alejandro (Eduardo Santamarina).

Fuera de México, grades villanas trágicas nacían de la pluma del venezolano José Ignacio Cabrujas y de su colaborador Julio Cesar Mármol. Mujeres de nombres imposibles como Purificación Burgos, Constitución Méndez, Emperatriz Jurado y Pastora Lara Portillo marcadas por la tragedia de su condición femenina, cuya maldad siempre iba subordinada al dolor de un amor perdido o al bienestar de hijos presentes o pasados.

Brasil no se quedó a la zaga con sus heroínas crueles como la exquisita Doña Beija (Maite Proença), que con su prostíbulo de una sola cortesana, y sus paseos a lo Lady Godiva, escandalizaba a su pueblo. Beija, sin embargo manejaba la vida de sus hombres y de sus hijas a las que casaba según su voluntad. Más encima mandó matar al padre de una de ellas, aun sabiendo que sin él, ella sería una muerta en vida.

Igual de voluntariosa y escandalosa era Xica (Taís Araujo), la esclava mulata que se convertía, gracias a sus amores con el Comendador, en la reina de un Brasil colonial. Con una mano Xica daba, con la otra quitaba. A sus amigos favorecía y a sus rivales mandaba arrancar dientes, cortar orejas y decapitar. Pero Xica tenía un equilibrio en su enemiga Violante Cabral (Drica Moraes)

Un detalle fascinante de la eterna lucha entre Xica y Violante era que sus berrinches y disputas afectan la vida de todo un pueblo. En el Tijuco todos tenían que tomar partido, ya que nadie podía permanecer ajeno a una Violante que traía inquisidores para vigilarlos o una Xica que envenenaba el agua del pueblo.

Un ejemplo parecido ocurrió en el drama de época Pueblo Chico, Infierno Grande donde la rivalidad amorosa entre la gran dama Leonarda Ruán (Verónica Castro) y la dueña del burdel, Magdalena alias La Beltraneja (Alma Delfina), afectaba la vida de todos los habitantes de Nahuatzen. La Beltraneja vivía tan amargada por penas pasadas y presente, que el publico deseaba que fuese feliz. No se pudo, porque tras mandar matar a su amado Genaro (Juan Soler), La Beltraneja se suicidó.

Villanas trágicas las ha habido muchas. Su maldad puede nacer de un mal entendido amor maternal como el de Doña Juana (Daniela Romo), de Alborada, o simplemente de un mal amor como del de Maria Paula (Lucero), que en Lazos De Amor cometía mil villanías, empujada por la pasión incestuosa que sentía por su tío (Otto Sirgo). Es así que Bárbara Greco, alías La Hiena, no desentona en el mundo de las villanas, puesto que otras trágicas victimas de su propia maldad la han precedido.

Aparte de que el ser vehiculo de venganza ajena coloca a La Hiena fuera del casillero de villanas comunes, en ella hay indicaciones de no ser totalmente un monstruo. En el primer episodio, tras recibir las instrucciones de Artemio Bravo, Bárbara dice con voz tenue “Tengo miedo”. Las villanas normalmente tienen una psicótica seguridad que no deja cabida a debilitantes temores.

Cuando Bárbara recuerda haber matado a sus padres no acompañan a sus recuerdos risitas cómplices, sino un cierto dejo de tristeza. Valga saber qué llevó a La Hiena a cometer su primer crimen Al igual que el motivo que la lleva a ejecutar la brutal revancha de su jefe, la vida anterior de Bárbara es un misterio y es ese misterio el que la hace trágica, grande y quizás eventualmente la redima.

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